Barbitúricos

Los barbitúricos son fármacos que se prescriben para tratar el insomnio nervioso severo, algunas formas de epilepsia, ciertos cuadros convulsivos y determinados desórdenes psicológicos, sin embargo, se requiere receta médica para su venta. Son drogas legales, de prescripción controlada con acción medicamentosa y con efectos adictivos a largo plazo (un año). Su consumo produce tolerancia y al dejar el consumo se presenta Síndrome de Supresión.

 

Desde que en 1 863 Von Baeger sintetizó el ácido barbitúrico, se han investigado más de dos mil quinientos derivados de esa sustancia. Durante mucho tiempo, barbitúricos y opiáceos fueron las únicas sustancias disponibles para calmar la ansiedad o la agitación de algunos pacientes psiquiátricos.

 

Esto hizo que su utilización clínica se generalizara y su abuso no tardó en convertirse en un problema social y de salud en muchos países. En la actualidad, su utilización ha disminuido de forma considerable, siendo las benzodiacepinas las que se erigen como la mejor alternativa para tratamiento.

 

Se ingieren por vía oral, y producen una gran variedad de efectos que incluyen la sedación y la amnesia anterógrada (olvido se situaciones a partir de su consumo). Todos los barbitúricos son depresores del sistema nervioso central; sin embargo, existen distintas variedades (larga, media y corta duración) que difieren de forma significativa en lo referente a sus efectos, vida media y toxicidad.

 

Las dosis bajas provocan sensaciones de tranquilidad y ayudan a conciliar el sueño. Cantidades más elevadas disminuyen los reflejos y provocan enlentecimiento respiratorio que puede llevar hasta el coma y la muerte. Tras un consumo prolongado aparecen trastornos físicos como anemias, hepatitis, depresión, descoordinación motora y entorpecimiento del habla, etc.

 

El consumo continuado facilita la instauración de tolerancia y dependencia, por lo que si se disminuye o suprime la dosis habitual sobreviene un peligroso síndrome de abstinencia (convulsiones, confusión, riesgo vital serio).

 

Síndrome de abstinencia: Insomnio - Sudoración Inquietud - Hipersensibilidad a luz y sonido Mareo - Crisis convulsivas Nausea - Contracturas musculares Dolor abdominal - Delirium Dolor de Cabeza

 

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